Los misterios son tan
seductores, tan
atractivos, magnéticos…
Son
irresistibles, necesitamos
llegar rápidamente a la verdad, terminar con el misterio, terminar con la
incertidumbre...
Pero hay cosas que se
mantienen en el misterio, por una razón.
Aún no estamos
preparados para semejante revelación.
Un misterio no se revela hasta no estar
preparados para esa
revelación.
Todos los misterios tienen un
fin, y no hablo del final de los misterios sino del fin, como sinónimo de finalidad, de
propósito.
Porque todos los misterios están ahí
para algo.
El fin, el propósito de los misterios, es mantener vivo el
deseo.
Cuando un misterio
se revela pierde el atractivo, pierde el interés, y hay cosas misteriosas que para
funcionar tienen que seguir siendo
misteriosas.
Los misterios van más allá de
nuestra comprensión.
Jugar con los misterios es
peligroso.
Nos pueden
revelar una
verdad para la cual aún
no estemos
preparados,.-
*