martes, 5 de octubre de 2010


Todos podemos visualizar nuestro futuro. La realidad es lo que percibimos con nuestros sentidos. No importa si algo es real o no, si lo vemos y creemos en lo que vemos entonces será real. Materializar algo que no existe y volverlo real, ese es el poder de la visualización.
Para visualizar es importante el detalle, no alcanza con ver la escena en general sino cada detalle en particular. Los sentidos son fundamentales, poder percibir los olores, las texturas, los sabores… visualizar en nuestra mente hasta que parezca real. Y cuando la realidad dista mucho de nuestros deseos hay que concentrarse aún más.
El deseo es como una película que se proyecta en nuestra mente. El deseo es muy poderoso y sagaz, siempre encuentra la manera de materializarse. Nuestra realidad de hoy está construida por nuestros pensamientos de ayer. Todo lo que nos pasa, lo que somos, lo que tenemos, existe porque antes lo pensamos.
Hay que aceptar nuestra responsabilidad en lo que nos pasa, porque nuestra realidad es la materialización de lo que alguna vez deseamos. El deseo es una fuerza misteriosa. El deseo es energía en movimiento.
El deseo propio o ajeno nos obliga a tomar decisiones, a verlo o a ponerle un velo. El deseo es un imán, atraemos lo que visualizamos, lo bueno y lo malo. Porque nadie llega a un lugar si antes no lo deseó.
Visualizar, imaginar, desear de corazón y compasión, eso va configurando nuestra realidad, nos abre el camino, nos da esperanzas. El deseo es el testigo de lo que nos falta, el deseo es la película de la vida que queremos vivir, podamos visualizarla o no.

Un Déjá Vu es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. Es la sensación de estar viviendo algo que ya hemos vivido anteriormente….
Una y otra vez….Muchas veces sentimos que en nuestra vida las historias y las escenas se repiten, que son las mismas….Mismas situaciones, mismas respuestas, mismas reacciones, mismas palabras, mismas caras, mismos sentimientos….
Nos pasa siempre lo mismo? Reaccionamos siempre igual frente a lo mismo?
Acaso, debemos cambiar? Tenemos que salirnos de lo mismo para generar algo diferente? Dejar las costumbres de lado, y cambiar?

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