lunes, 2 de abril de 2012


Si lo piensas bien, no soy demasiado complicada, y tampoco nada del otro mundo. Me considero de las personas que duermen en las mañanas, cuentan las rayas de las baldosas de la calle, de las que miran el cielo y dicen: Hoy no va a llover y disfrutan del último pedacito de chocolate que queda en el paquete como si fuera la última en la vida. No soy de las que ve el vaso medio lleno porque sencillamente no creo que exista ningún vaso, y si lo hay, siempre me preguntaré porque es un vaso y no una copa o una maceta. Pertenezco a ese grupo de personas que a veces sonríen y no saben por qué, a ese grupo que canta en la ducha pero siempre lo niegan. Admito que soy de las que dije “lo haré mañana”, “nunca jamás me enamoraré”, “Termino en un segundo”… y jamás lo cumplí.

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