¿Porque tenemos la necesidad de sentirnos felices?
¿Porqué la maldita costumbre de aparentar la realidad?
¿Porqué cubrirla con cemento tapando las gritas?
¿Porqué empeñarnos en demostrar la sonrisa falsa, la dibujada, la superficial? ¿Porqué no saber cuál es la real?
Cuando conmigo me siento sola, cuando no encuentro modo de seguir, cuando las continuas equivocaciones se convierten en algo cotidiano.
Cuando los vicios son mortales y los motivos faltan, es cuando nos damos cuenta que la necesidad de sentirnos vivo nos hace morir de a poco.
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